Archivo mensual: agosto 2018

292. «Aliados. Los personajes secundarios del Quijote». Soledad Puértolas.

Ingreso RAE S Puertolas

Libros de «hoy»: 2010

PUÉRTOLAS SOLEDAD. Aliados. Los personajes secundarios del Quijote. Real Academia Española de la Lengua. Madrid. 2010.

Género: discurso. Época: la del Quijote, siglo XVII. Ámbito geográfico: el que se mueven los personajes del Quijote.

Se trata del discurso de ingreso en la RAE de la escritora Soledad Puértolas, que tuvo lugar en Madrid el 21 de noviembre de 2010. No se trata, por tanto, de un libro en tal sentido pues aún no está editado par venta a público, que yo sepa. Aunque el discurso está escrito y difundido en medios audiovisuales desde la propia Academia Española de la Lengua. Resulta de fácil localización vía internet.

Vivimos una época  en la que el uso del lenguaje tiende a deteriorarse de forma que se ha bajado a niveles más que preocupantes. Ya no es el uso del lenguaje popular alejado de lo culto, sino el chabacano. Además muchos parecen presumir de ello. Tertulias televisivas en las que en lugar del debate sereno y profundo se vocifera a la vez que se gesticula de forma teatral (pero de mal teatro). Declaraciones de muchos políticos, incluidos discursos parlamentarios, con frases vacuas. Tertulianos que, a modo de enciclopedias humanas, hablan de cualquier tema intentando profundizar como si supieran de todas las materias. Lo malo es cuando quien escucha es experto en un de esas materias puede percibir ciertas afirmaciones ridículas. Por  eso se ha elegido para este rincón bloguero comentar discursos bien construidos, tanto en las formas como en el fondo. Y ¿qué mejor que los de los de ingreso de nuevos académicos en la RAE?. Sin duda, son hermosas piezas literarias. El uso de internet facilita su acceso. Comenzamos con el correspondiente al que pronunció doña Soledad Puértolas el 21 de noviembre de 2010, cuando fue designada para ocupar el sillón g. ¿El motivo de la  primera elección?: ser una de las escritoras españolas contemporáneas cuya obra más me gusta. Pero seguiremos comentando más discursos, pues significan una entrada de aire fresco en el uso culto de ese idioma que hablamos más de 500 millones de personas en este, todavía, globo terráqueo. Un buen método para quienes pretenden mejorar su oratoria en público. 

Los académicos que propusieron la candidatura de Soledad Puértolas fueron Carmen Iglesias, Luis Mateo Díaz y José Antonio Pascual.

El título de la disertación fue «Aliados. Los personajes secundarios del Quijote». La nueva académica trató del universo de lo secundario, el poco visible. Concretó que es el que no se encuentra en el centro de la acción y del discurso, sino en la periferia, en los flecos, en los rincones. Les llama aliados por ser los que sostienen al héroe en su empresa. Una excelente pieza retórica. Presentación y discurso elegante en las formas y en el fondo riguroso y precisao.

La respuesta a la, entonces, nueva  académica correspondió a su colega José María Merino quien, tras alabar el discurso de Puértolas, le dio la bienvenida a «la casa de las palabras». Seguidamente, hizo un análisis de su obra literaria. Afirmó que con su forma de escribir ha acuñado un estilo inconfundibleResaltó su brevedad ajustada, cabal y tan certera como inquietante, en definitiva su concisión narrativa, con la utilización de las palabras adecuadas. Una escritora que elimina con rigor lo superfluo.

Recomendamos escuchar este discurso de ingreso en la RAE, de 2010.

 

 

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291. «Las mujeres del Quijote». María Carbonell Sánchez

Las mujeres del Quijote

Libro de «ayer»: 1905

CARBONELL SÁNCHEZ MARÍA. Las mujeres del Quijote. Edición original en imprenta Domenech y Terronchez. Valencia. 1905. 11 pág.

La edición aquí comentada se encuentra en los  portales de Biblioteca Valenciana, digital, Nicolau Primitiu y Biblioteca Virtual Cervantes

Género: discurso. Época: la del Quijote (principios del siglo XVII). Ámbito geográfico: el de los recorridos del ingenioso hidalgo D. Quijote de la Mancha.

Las mujeres del Quijote 2

La autora, María Carbonella Sánchez (Horta, Valencia, 1852 – 1926). Maestra con tradición familiar, obtuvo el título de profesora graduada en la Escuela Normal de Maestros de Madrid. Ejerció su magisterio en Granada y en su tierra valenciana. Sus condiciones y ejercicio de la pedagogía dejaron huella para tiempos posteriores. Fue autora de varios libros y artículos sobre su especialidad, la educación.

El pasado 1 de agosto de 2018 se pudieron leer en la prensa nacional unas declaraciones que realizó la Vicepresidenta del Gobierno español, Carmen Calvo,  durante el acto de toma de posesión del nuevo Director del Instituto Cervantes «reivindicando la igualdad en el Quijote». No entendemos bien que puede igualarse, en cuanto a género, en una obra escrita hace más de cuatro siglos. Lo que está escrito es lo que hay. No obstante se ha buscado algún análisis serio y riguroso sobre la interpretación de la figura femenina en la obra cumbre de la literatura universal. Hay varios. Se ha seleccionado, para traer a este rincón bloguero, un buen trabajo en el que se resaltan aspectos psicológicos de personajes femeninos en el Quijote. Es el que hizo y expuso la valenciana María Carbonell en 1905 en un discurso titulado «Las mujeres del Quijote». Su visión femenina la planteó con elegancia, de forma clara y concreta. Otro de los aspectos considerados para incluir este opúsculo, en este blog, es la posibilidad que tienen las personas interesadas en localizarlo y leerlo. Está editado en soporte digital por la prestigiosa Biblioteca Virtual Cervantes y la Biblioteca Valenciana digital. Se trata de una edición que tiene por objeto el estudio y la investigación. Desde estas páginas recomendamos su lectura por su facilidad de localización a través de internet, por su brevedad y por su buen estilo. La petición de una ministra del gobierno tenía una respuesta, al menos, 113 años antes, precisamente, en el lugar en el que a través de sus  fondos editoriales públicos se planteó la cuestión. 

De modo general, Carbonell, entendía que Cervantes, al retratar a las mujeres puso de manifiesto su caballerosidad e hidalguía nativas, su exquisito sentimiento y bondad de corazón. Jamás se ensañó con ellas, como Quevedo y otros escritores, ni sacó a la pública vergüenza defectos y debilidades propios de la humanidad y no exclusivamente del sexo femenino

El medio centenar largo de mujeres (52 creo haber contado) que aparecen en la novela es una proporción corta respecto a los más de seiscientos personajes que totalizan la nómina. Será torpeza personal, pero quien suscribe estas líneas no entiende aquí  eso de la igualdad. Veamos, a modo de botón de muestra, algo de lo que María Carbonell dijo sobre ellas: Dulcinea del Toboso, ese personaje imaginario que representaba para  D. Quijote,  el ideal capaz de constancia, fidelidad, pureza, honestidad, desinterés, y abnegación. La pastora Marcela, era la mujer ingrata, cruel, desenamorada, fría, desdeñosa,…. Zoraida, vehemente, generosa y confiada.  Camila, distinguida por su decisión, impetuosidad y astucia. Quiteria, la antojadiza y pueril. Altisidora, engañosa y burlona…. Ahí dejamos unas muestras del análisis psicológico de la autora. Siga en ello el lector (y lectora, claro está) interesado.

Recomendamos su lectura a las personas interesada en profundizar en la obra del Quijote. 

 

 

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290. «La mujer nueva». Carmen Laforet

La mujer nueva

Libro de «ayer»: 1955

LAFORET CARMEN. La mujer nueva. Austral. Barcelona. 3ª impresión. 2017. 335 pág.

Edición y prólogo de Israel Roldón Barada

Género: novela: Época: años de guerra y primeros de la posguerra civil española. Ámbito geográfico: Villa de Robre (pueblo ficticio de la provincia de León), Ponferrada, Cascabelos y Madrid. Referencias a Barcelona.

La autora Carmen Laforet (Barcelona, 1921 – 2004) pertenece a una notable generación de escritoras como la cartagenera Carmen Conde, la barcelonesa Mercedes Salisach, la santanderina Elena Quiroga, la leonesa Josefina de Aldecoa y la, también, barcelonesa Ana María Matute. Todas ellas tuvieron excelente reconocimiento de crítica, lectores y jurados de premios literarios destacados. Pasadas varias décadas su prestigio ha ido en aumento. Cuando empezó la guerra civil española de 1936 todas eran muy jóvenes, lo que necesariamente, tuvo que dejarles huella en su forma de enfocar la vida y al proyectar su obra escrita. Todas fueron muy longevas, salvo Quiroga que falleció a los 74 años. Salisach fue casi centenaria, el resto pasaron holgadamente de los 80 años. Conde, Quiroga y Matute fueron, por este orden las tres primeras mujeres en ingresar en la RAE. De todas ellas se han ido dejando apuntes biográficos cuando se han comentado algunas de sus obras.

De Carmen Laforet ya se comentó su novela «Nada» (entrada nº 116, en agosto de 2015), con la que obtuvo el Premio Nadal de 1944.  La que ahora traemos a este rincón bloguero, «La mujer nueva», fue galardonada con el Premio Nacional de Narrativa de 1956 y el premio Mallorca. Con esta novela, al igual que con «Nada», la autora se aproxima a las características de  la novela del realismo social. En ambos casos, Laforet, rompe los modelos estilísticos anteriores en España, haciendo una literatura de vanguardia. Puede decirse que fue una adelantada en la literatura feminista española y valiente en enfocar la vida y comportamientos de sus personajes en una época en que la censura tenía notable presencia incidiendo en relativos a la moralidad.

La publicación arranca con un Prólogo de Israel Rolón Barada. La novela está estructurada en tres partes. La primera consta de XI capítulos, la segunda de II y la tercera de XV. Está narrada en tercera persona y ambientada en los años de la guerra civil española, que finalizó en 1936, y los primeros años de la posguerra. El hilo conductor sigue las vivencias de una mujer de, mediana edad, con una concepción liberal de su vida y sincera en sus manifestaciones. Ella – Paulina – ocupa el espacio del personaje principal, una joven que se licenció en 1936 en Ciencias Exactas (actualmente Matemáticas), cuando acababa de cumplir 20 años. Su madre, Isabel, una mujer muy beatona, sobre todo en sus formas de vestimenta y comportamientos, de genio avinagrado por los celos que, con razón, la consumían. El padre, Miguel, un ingeniero de minas de muy mal carácter y practicante de la doble moral, llevando una vida muy diferente a la que pregonaba como la correcta. Junto a Paula está Eulogio, su marido, sólo en apariencias ya que la ceremonia de boda civil, durante la guerra, ni tuvo validez ni había pruebas documentales de haberse producido. Eulogio procedía de una familia  acomodada – los Nieves – de la provincia de León (un pueblo ficticio); su padre don Pedro, ingeniero y empresario de éxito; su madre, Mariana, una elegante dama, muy preocupada por las formas sociales. Paulina y Eulogio tuvieron un hijo, Miguel. Otro personaje destacado  en la trama es el que ocupa Antonio, cuñado de Paula, con la que pretendía casarse una vez falleciera Rita, su aristocrática mujer, enferma de gravedad. Antonio presumía de poeta y escritor sin razón alguna

A Paulina, las formas de entender la religión de sus padres y el entorno de apariencias de su familia política le crearon serias y profundas dudas morales. Demasiada hipocresía había visto en su casa. Decide, sin enfado y sin previo aviso, abandonar al marido y regresar a Madrid a ordenar su vida y su conciencia. Allí se plantea un gran giro espiritual, pasa de no ser creyente a desear ingresar en un convento. Laforet inserta encuentros de viejos amigos de juventud para plantear debates sobre conceptos religiosos. Es cuando la novelista aprovecha para hacer un alegato en favor de la labor ejemplar que realizan la Hermanas de la Cruz, como ejemplo de entrega cristiana.

No faltan críticas hacia aspectos de comportamientos sociales. A pesar de tratarse de una novela seria, no faltan espacios tratados con ironía fina, tal es el caso del capítulo VI de la tercera parte, al describir las relaciones y reacciones de una joven pareja. Con acierto, incluye un episodio propio de novela negra o policíaca, con un asesinato que comete Julián, el hijo de de la dueña de la pensión en que se alojó Paulina, a la que en cierto modo intentan involucrar.

Excelente novela, en formas y fondo. Uno de esos libros que conviene releer pasado un tiempo para disfrutar de buena literatura.

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289.»La extraña muerte del Capitancito Candelario». Rosario Ferre

288,Rosario Ferre

Libro de «hoy»: 1999

FERRÉ RAMÍREZ DE ARELLANO ROSARIO. La extraña muerte del Capitancito Candelario. Plaza y Janes. Barcelona. 1999. 94 pág.

Género: relato. Época: contemporánea. Ámbito geográfico:

La autora, Rosario Ferré Ramírez de Arellano (Ponce, Puerto Rico, 1936 – San Juan de Puerto Rico, 2016), nació y se crió en el seno de una de las familias adineradas dela isla. Su padre, Luis, llegó a ser gobernador electo en 1968. Formada en Puerto Rico y en EEUU. Alcanzó el doctorado en literatura española e hispanoamericana, por la Universidad de Maryland. Impartió docencia en universidades de Puerto Rico y otras norteamericanas sobre su especialidad. Como escritora ha cultivado varios géneros: novela, relato, ensayo y biografía. Premios literarios  otorgados fueron: en en la Feria del Libro de Frankfurt (1986); Ateneo Puertorriqueño de cuentos (1992) y Premio Nacional de Cultura Puertorriqueña (2009). Se consideró una escritora innovadora, llegando a escandalizar a algunos de sus contemporáneos. Parte de su obra la escribió en español y otra parte en inglés.

«La extraña muerte del Capitancito Candelario», narrada en tercera persona,  es una obra de ficción que debe encuadrarse en el género del relato desarrollado de forma lineal, por lo no está estructurada en capítulos.

El hilo conductor sigue la cuestión del debate de la posible independencia de la isla de San Juan Bautista de la metrópoli norteamericana. Unos ciudadanos se mostraban a favor, mientras que otros mantienen la posición contraria. En el fondo estaba presente el interés de la seguridad estratégica del Caribe. La autora representa a esas dos facciones contrapuestas como seguidoras de dos grupos musicales. soneros y rockeros. El personaje principal es el Capitán Candelario De la Valle, hijo de un médico, que se graduó como militar a los 22 años. Debido a su juventud la escritora lo refiere en  diminutivo. Candelario tenía vocación militar por  antecedentes militares – biznieta de un coronel español y un brigadier inglés -. A los seis meses de graduarse se le encomendó la jefatura del Partido de los Misioneros.  Su misión consistía en imponer con disciplina férrea orden en el pueblo. Otro personaje a tener en cuenta es el teniente Pedro Fernández, subordinado de Candelario. Criterios personales, órdenes superiores, sentimientos de disciplina, amoríos, fidelidades y traiciones conforman el nudo de la trama que llevará al desenlace que, como es usual en este blog, se deja para que lo descubra el lector interesado.

 

 

 

 

 

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288. «Libro de todas las cosas y otras muchas más». Francisco de Quevedo.

Quevedo Prosa satírica

Libro de «ayer»: 1631

QUEVEDO FRANCISCO. Libro de todas las cosas y otras muchas más  compuesto por el docto y experimentado en todas materias, el único maestro  Marisabidillo: dirigido a la curiosidad de los entremetidos, a la turbamulta de los habladores y a la sonsaca de las viejecitasPenguin Clásicos. Barcelona. 216. Pág. 132 a 154.

Edición  de Ignacio Arellano, que recopila la «Prosa satírica» de Quevedo. Sus anotaciones a pie de página resultan de sumo interés para comprender el alcance de algunos aspectos del texto.

Este título se publicó por primera vez, como un opúsculo, en 1631, junto con Cartas del caballero de la Tenaza (Ver entrada nº  252 de noviembre 2017). Posteriormente al fallecimiento del escritor hubo otra edición en 1699, en Amberes (Bélgica) que realizaron Henrico y Cornelio Verdussen. 

Género:  Prosa satírica.  Época: finales del siglo XVI y principios del XVII.  Ámbito geográfico: Madrid.

Sobre apuntes biográficos del autor, Francisco de Quevedo y Villegas (Madrid, 1580 – Villanueva de los Infantes, 1648), remitimos a lo indicado en el primero de los textos comentados de prosas satíricas en este blog «Vida de la Corte y capitulaciones matrimoniales (nº 247 de octubre 2017). Al remitir a esa referencia evitamos ser repetitivos. 

En este opúsculo, una vez más, Quevedo pone de manifiesto sus capacidades satírica y burlesca. En «El libro de todas las cosas» parodia los repertorios  enciclopédicos y misceláneas de moda en la época, en expresión de Ignacio Arellano, editor de esta recopilación de prosa poética del escritor madrileño. 

En la primera parte incluye lo que titula como «Secretos espantosos  y formidables, experimentados, tan ciertos como evidentes». Los trata en dos tablas, la primera con 28 proposiciones y la segunda en la que refiere las respectivas soluciones. Ironiza sobre los asuntos tratados en forma de perogrulladas (verdad o certeza que, por notoriamente sabida, es necedad o simpleza el decirlo. RAE). 

La segunda parte que califica como «Tratado de la adivinación por quiromancia, fisonomía y astronomía» no deja de ser una burla a supersticiosos. Quevedo es capaz de provocar la sonrisa con sus afirmaciones. Al lector que comenta estos textos le vienen a la memoria algunas afirmaciones de personajes públicos de este siglo. Por ejemplo cuando cita a una conjunción magna, planetaria. En la prensa de hace algo menos de una década fue objeto de comentarios, que permanecen en internet. Especial crudeza crítica es la breve referencia a la «quiromancia o arte de adivinar por las rayas de las manos».

No menor es la crudeza con la que ataca a a esos personajes que pretenden «saber todas las ciencias y artes mecánicas y liberales en un día». Si esa creencia de aprendizaje rápido era objeto de crítica por Quevedo, hace casi  cuatro siglos, se demuestra que poco hemos avanzado en nuestra época. La vigencia el del aprendizaje inmediato y sin esfuerzo es una constante de ayer y hoy. Así nos va. Basta observar ciertos curriculum, en especial en gentes de la vida pública. Sirva este botón de esa muestra crítica vigente: Para ser caballero o hidalgo, aunque seas judío y moro, haz mala letra, anda a caballo, habla despacio y recio, debe mucho y vete donde no te conozcan, y lo serás. Sin duda, muchas de las afirmaciones de Francisco de Quevedo de 1613, que permanecen en 2018, algunos, las considerarían políticamente incorrectas. Y como tal serían objeto de rechazo. 

Para final, Quevedo deja una referencia a ciertas relaciones poco amistosas con sus colegas de profesión literaria y vecinos del madrileño barrio de las Letras (denominación actual): Lope de Vega, Góngora y Cervantes. En este caso van contra Lope, a quien Quevedo criticaba su forma y amplia producción literaria:  Mientras por preservar nuestros Pegasos / del mal olor de culta jerigonza / quemamos por pastillas Garcilasos. ¿Celos profesionales por el éxito del rival?.

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287. «Conversación en la Catedral». Mario Vargas Llosa.

Conversacion en la catedral

Libro de «ayer»: 1969

VARGAS LLOSA MARIO. Conversación en la Catedral. Santillana Ediciones Generales, Punto de lectura. 2010, novena edición.  727 pág. 

Género: novela. Época: mitad siglo XX. Ámbito geográfico: Perú (Lima, Chincha, Pucallpa, …)

El autor, Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936 – …) es un escritor con doble nacionalidad: la  peruana de su nacimiento y la española obtenida en 1993. Se trata de uno de los literatos más importantes en legua española. Respecto a apuntes biográficos del escritor, para no se reiterativos, remitimos a los  indicados en la entrada nº 75 («Historia secreta de una novela»). No obstante no se pueden dejar de citar el que es miembro de las academias de la lengua peruana y española, además de la obtención de los premios Nobel (2010), Cervantes (19949 y Príncipe de Asturias (1996) que le han llevado a la cima de la literatura universal.

Novela estructurada en cuatro grandes capítulos. Está ambientada en Perú, durante el periodo de la dictadura militar del general Odría, que tuvo lugar entre 1948 y 1956. La narración está hecha en tercera persona.

Se trata de una novela densa y compleja. El lector que asome a estas páginas encontrará una forma narrativa que puede parecer caótica, con mezcla de descripciones, recuerdos, reflexiones, diálogos y con alternancia de recuerdos lejanos. Quizá sea esa la magia de esta novela. Desde luego no la recomendaríamos a un lector que busque literatura tipo best seller pues esta novela requiere una lectura tranquila, sosegada y reflexiva.

Ya en la cuarta línea asoma la orientación del escritor hacia el asunto central de la historia: ¿En qué momento se había jodido el Perú?. Vargas Llosa va describiendo situaciones que aportan respuestas a su  pregunta. Reflexiones sociales, religiosas. políticas y económicas aparecen con frecuencia.

Personajes son muchos y variopintos los que van apareciendo a lo largo de la historia. Los principales son el periodista Santiago, alias «Zavalita», y Ambrosio un viejo conocido que trabajó años atrás con su padre. Tras muchos años sin verse se encuentran. Ocurrió cuando Santiago busca al perro de su mujer que se lo habían arrebatado. Tras reconocerse deciden hablar tomando unas cervezas en un bar, llamado La Catedral, un lugar cutre, que el novelista lo describe como un espacio en el que huele a sudor, ají y cebolla, a orines y basura acumulada, y la música de la radiola... también era un jabe, detrás de la cocina había un cuartito y lo alquilaban.

Personajes y sus respectivas historias van conformando una especie de rompecabezas, cuyas piezas se van conjuntando conforme avanza la narración. Todo lo acontecido gira alrededor de Santiago y, en menor medida, de Ambrosio. Así van apareciendo agitadores políticos con ideas comunistas, apristas o troskistas; estudiantes universitarios con espíritu revolucionario; profesores universitarios desmotivados, – la universidad era el reflejo del país -;  un prestamista que accede a ser comisario político del régimen dictatorial; policías; soplones y delatores; prisioneros; gentes humildes sumidas en la frustración, por su mal presente y negro futuro; enamorados,… Contrastes entre buenas y malas personas; creyentes y agnósticos; legales y clandestinos; aventureros y oportunistas; agradecidos e ingratos; …

Si los personajes son variados, no los son menos los ambientes en los que se enmarca la historia. Desde el bar tugurio «La Catedral»; pasando por redacción de un periódico; una perrera; la universidad; despachos de políticos; centros de trabajo, como un laboratorio o una librería con añosos estantes;  viviendas lujosas, unas,  humildes, otras;  calles con edificios desiguales y descoloridos  de aquel Perú, en la etapa dictatorial del general Oria.

Son muchos los expertos que  encuadran  a «Conversación en la Catedral» como una de las mejores del siglo XX. También la tiene en la mayor estima su autor, pues hemos leído  Vargas Llosa afirmó que si tuviera que salvar del fuego una sola de las novelas que he escrito, salvaría esta. 

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