404. «Bartleby, el escribiente». Herman Melville

Libro de «ayer»: 1.853

MELVILLE HERMAN. Bartleby, el escribiente, Austral esenciales. Barcelona, 2006, 70 pág.

Traducción de Eulalia Piñero.

Género: novela. Época: siglo XIX. Ámbito geográfico: Nueva York

El autor es Herman Melville (Nueva York, 1819-1890). Escritor estadounidense que trabajó el genero de novela y relato, además de algo de poesía. Por necesidades económicas familiares, siendo muy joven, buscó trabajo y eso le llevó a enrolarse en buques balleneros. Experiencias de gran dureza que le sirvieron para, unos años más tarde, plasmarlas en novelas. La crítica fue muy dura con su obra, pero no los lectores. Eso le ocurrió, incluso con su obra cumbre Moby Dick o la ballena blanca (1950) que no fue reconocida como éxito literario hasta después de su muerte. Tras años de escaso reconocimiento a su trabajo como escritor encontró una cierta tranquilidad en su vida tras encontrarse con una pequeña herencia y un trabajo estable en una administración. Falleció de una enfermedad pulmonar. Ha sido el tiempo y una crítica muy diferente a la que tuvo durante su vida la que le ha puesto en lugar destacado de la literatura norteamericana.

La diferencia entre almacenes en los que venden libros y las librerías en las que los empleados asesoran a los clientes es notable. Es el caso de la obra que seguidamente se comenta. Buscando algo interesante en una de las librerías que frecuento una librera, conocedora de los gustos de los clientes, me aconsejó este opúsculo. Acertó plenamente.

Historia narrada en primera persona de uno de los dos personajes principales. Se trata de un abogado -el autor no indica nombre o apellido alguno- neoyorkino con unos treinta años de experiencia profesional. Él se define como que «soy uno de esos abogados sin ambición». Su bufete estaba ubicado en un piso alto de un edificio de Wall Street. En el despacho trabajaban tres empleados: los escribientes Turkey y Nippers, además del jovencísimo -doce años- Ginger Nut, un prometedor botones. Debido al incremento de carga de trabajo el abogado puso un anuncio para contratar a otro escribiente. Se presentó y fue contratado Bartlebyvy, con su «figura pálidamente pulcra, lastimosamente respetable, incurablemente solitaria». Al principio el trabajo del nuevo escribiente fue muy bien considerado, trabajando sin descanso largas jornadas… hasta que un día el jefe precisó verificar la fidelidad de una copia, lo que era habitual que realizaran dos personas para poder contrastar la fidelidad de las copias. Ahí llegó una frase que se repite continuamente en la obra: «preferiría no hacerlo». Pero la negativa ya no se limitaba a verificar lo copiado sino que llegó a no querer escribir más, La sorprendente respuesta del abogado está entre la comprensión o la compasión. Tarda el letrado en tomar la decisión de despedirlo, pero se mantiene en la decisión de no irse con el mismo «preferiría no hacerlo». Es el abogado el que decide trasladar su de despacho, pero Bartlevy permanece. Ante el nuevo inquilino sale del despacho, pero se niega a salir del edificio. Avisada la policía es detenido y encarcelado. Al abogado, sin nombre, lo visita para convencerle que desista de su comportamiento intentando ayudarle, pero se niega hasta morir por inanición.

Bartleby, el escribiente parece encuadrarse en la literatura de lo absurdo. Melville considera, casi al final del relato, que la imaginación del lector «suplirá con creces el exiguo relato del entierro del pobre Bartleby» también «para despertar la curiosidad de quien era Bartleby». ¡Ay, humanidad¡, concluye Herman Melville

2 comentarios

Archivado bajo Libro de ayer

2 Respuestas a “404. «Bartleby, el escribiente». Herman Melville

  1. A poco que hubiéramos seguido hablando en el pasillo, una de esas veces que nos encontramos, yo no hubiera dudado en recomendártelo. 🙂 Es un cuento triste pero fantástico al mismo tiempo, en toda la extensión de fantástico. Yo lo puse entre los relatos favoritos del blog: https://felixmolinapublica.wordpress.com/2014/05/28/anatomia-de-la-melancolia/

  2. Hacía muchísimos años que no leía nada de Herman Melville (desde que leyera «Moby Dick» de joven). Este relato del escribiente me ha sorprendido muy gratamente. El escritor deja espacio al lector para reflexionar. Melville parece que no dice nada pero, entre líneas, deja al descubierto muchas cosas.
    Tanto me ha gustado que he comprado dos novelas cortas de este mismo escritor, que serán las que comentaré seguidamente. .

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.